Cuando era pequeña los domingos tocaba comer paella, era el único día en que podíamos comer todos a la vez, y el que no, mi madre hacía pollo asado.
El pollo no se encuentra entre mis carnes favoritas pero cocinado así está de lo más rico, eso sí, para mí pechuga, por favor.
Podéis acompañarlo de patatas panadera, puré de patatas, patatas asadas, una buena ensalada,...
Si lo dejáis marinando la noche de antes el sabor de las especias se acentuará y además lo tendremos preparado y listo para meter en el horno, así ahorramos tiempo si es que esa mañana tenemos prisa.
Si lo dejáis marinando la noche de antes el sabor de las especias se acentuará y además lo tendremos preparado y listo para meter en el horno, así ahorramos tiempo si es que esa mañana tenemos prisa.
INGREDIENTES:
- Una pechuga partida en dos y dos muslos de pollo
- Una cebolla hermosa
- Un limón
- Pimienta
- Orégano
- Tomillo
- Unas ramitas de romero
- Especias morunas (a mi me gustan las de la marca Ruca, es un paquete pequeño de color amarillo con un árabe pintado en un lateral, son las que llevo viendo y utilizando toda la vida)
- Un vaso de vino blanco (a poder ser Montilla-Moriles)
- Aceite de oliva
- Sal
ELABORACIÓN:
Cubrimos la bandeja del horno con la cebolla picada en juliana. Salpimentamos el pollo y lo ponemos encima de la cebolla. Aderezamos con las hierbas aromáticas: el orégano, tomillo y las ramas de romero.
Cortamos el limón en rodajas y lo ponemos sobre el pollo, espolvoreamos con las especias morunas y regamos con un buen chorro de aceite de oliva y con el vino blanco.
Metemos en el horno a 200º y cuando esté dorado lo sacamos, le damos la vuelta y metemos otra vez en el horno pero ahora a 180º. En total estará sobre una hora.
Después lo tenemos listo para comer, así de sencillo y de rico.
¡Buen provecho!
Después lo tenemos listo para comer, así de sencillo y de rico.
¡Buen provecho!
Das muchas opciones de acompañamiento, pero las patatas que aparecen en el plato, con su pimiento y su cebolla le igualan en protagonismo al pollo ¿no? Tienen una pinta estupenda.
ResponderEliminarPues a mí al contrario que a tí es mi de mis carnes preferidas, lo como de cualquier manera. Así preparado se ve delicioso.
ResponderEliminarUn besín.
Hoy como yo pollo asado en casa de mi madre, qué coincidencia! jejej Ella no le pone especias ni limón pero si que está bien bueno, lo acompaña de cebolla patata y zanahoria.
ResponderEliminarAhhh y siempre siempre hace mi madre paella los domingos. Tiene que pasar algo mu gordo para que cambie jejej
Yo prefiero el muslo!
Un besote!
Salva, las patatas están igual o incluso más ricas que el pollo.
ResponderEliminarDely, la verdad es que a mi me gustaría que me gustara más el pollo porque es una de las carnes más sanas pero....
Laurita, seguro que como lo prepara tu madre también está pa chuparse los dedos, es que como a mi no me gusta mucho por eso le pongo especias.
¡Qué rico, Oli! ¿Te puedes creer que nunca he hecho el típico pollo asado en mi casa? Ya ve siendo hora de que lo pruebe. Yo soy más de muslo, así que podemos comer pollo asado juntas cuando quieras que no nos vamos a pelear... ;) Bsts!
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