¿Y qué hacemos con las yemas que nos sobraron después de hacer la tarta de leche merengada? Pues muy sencillo, crema catalana.
Esta crema la hicimos en casa de mis padres, la cocina es de gas así que utilizamos el artilugio que tiene mi madre para quemar el azúcar. Hay que ponerlo directamente al fuego y esperar a que esté casi al rojo vivo, entonces lo ponemos sobre el azúcar y la carameliza. Se forma una importante humareda pero deja un agradable aroma a caramelo, de hecho mi madre cuenta que este era el ambientador que utilizaban antiguamente cuando querian camuflar ciertos olores poco agradables que a veces aparecen en las casas.
Pero como hoy en día casi todas las cocinas ya son vitrocerámicas o de inducción utilizaremos un soplete para quemar el azúcar.
INGREDIENTES:
- 1 litro de leche entera
- Cáscara de limón
- Una ramita de canela
- 6 cucharadas de azúcar (la receta que tenía mi madre ponía 8 cucharadas pero con 6 ya sale dulcecita)
- 2 cucharadas soperas de Maicena
- 4 yemas de huevo
- Azúcar para espolvorear y quemar la crema.
ELABORACIÓN:
Del litro de leche reservamos un vaso, el resto la ponemos a calentar con la cáscara de limón y la rama de canela.
Cuando esté a punto de hervir le quitamos la cáscara de limón y la rama de canela.
Mezclamos el vaso de leche que teníamos reservado junto con las yemas y la Maicena, lo vertemos sobre la leche caliente. Removemos hasta que espese y lo repartimos sobre cazuelas de barro.
Mientras tanto ponemos a calentar el quemador.
Cuando esté bien caliente espolvoreamos la superficie de la crema con abundante azúcar, ponemos el quemador sobre ésta y damos pequeños toques hasta que caramelice el azúcar.