Cuando éramos pequeñas y pasábamos los veranos con mis "abuelas" en Padul, este era nuestro desayuno diario. Mi abuela era la que iba a comprar el pan de masa a la panadería de la Emilia, mi tía Pura era la encargada de freírlas y mientras tanto mi tía Olimpia andaba limpiando la casa para dejarla como los chorros del oro.
La semana pasada fue muy triste para mí porque murió mi tía Olimpia, era la única que quedaba y podría considerarse casi o más que una abuela porque nos ha criado a mi hermana y a mí.
Cuando mi madre se sacó las oposiciones de maestra y la destinaron a un pueblo perdido de la sierra de Loja mi tía Olimpia se fue con ella y desde entonces siempre ha estado con nosotras. Cuando nos fuimos a Granada a estudiar allá que se vino con mi hermana y conmigo para cuidarnos. Ya estaba muy mayor y con muchos achaques pero la vamos a echar mucho de menos.
Estas torticas se hacen con la masa del pan antes de hornear. Si tenéis una panadería de confianza encargársela pero si no, podéis hacer vuestra propia masa. Otro día daré la receta de la masa básica de pan.
En Padul es muy típico hacerlas el viernes santo para tomarlos con un buen chocolate caliente después de haberte quedado helado viendo la procesión y en Gabia (mi pueblo natal) en cuanto llega el frío los viernes por la tarde las panaderías abren para vender esta masa.
INGREDIENTES:
- Un pan de masa
- Un poco de harina
- Aceite de oliva
Para acompañar:
- Chocolate caliente
- Miel de caña
ELABORACIÓN
Espolvoreamos una superficie con un poco de harina, estiramos la masa ayudándonos con un rodillo y cortamos la masa haciendo cuadrados.
Ponemos a calentar el aceite en una sartén y vamos echando la masa. La freímos hasta que estén doradas, veréis como al echarlas a la sartén poco a poco se van inflando. Sacamos y escurrimos sobre un papel absorbente.
Servimos con chocolate caliente o también las podemos mojar en un poco de miel de caña.
¡¡Buen provecho!!
Olimpia, cariño. Sabía que tu tía había fallecido, pero no sabía de esta vinculación tan fuete con ella.
ResponderEliminar¡Lo siento muchísim!
Esos recuerdos quedarán siempre en tí...
Esto tiene que estar muy rica, y con un chocolate más todavía, y para el frío viene estupendamente.
Siento lo de tu tía que por lo que cuentas habrá sido duro para ti.
ResponderEliminarEn cuanto a la receta te comento que en Alhaurín el Grande se vende la masa en las panaderías y aquí se les llama ayuyas, es muy muy típico comerlas con chocolate caliente.
Es más, en algunas panaderías hasta te las fríen por encargo.
Así que la próxima vez que nos veamos si quieres y el resto de pipirraneras también encargo masa de ayuyas y nos ponemos de grana y oro.
Besos.
Gracias Mª Ángeles, efectivamente son recuerdos que quedan siempre y lo más gracioso es que muchos de ellos están vinculados con las comidas.
ResponderEliminarGracias Mª Carmen, no tenía ni idea lo de las ayuyas, siempre se aprende algo nuevo. Oye, yo encantada de que la próxima reunión sea para degustación de esta rica masa, seguro que al resto de pipirraneras le parece estupendo.
Siento mucho tú pérdida. EStas tortitas te han quedado estupendas.
ResponderEliminarUn besín.
Aissss, los recuerdos...hay que quedarse con lo mejor de quienes se nos van, y dejar la tristeza de un lado y que solamente nos quede la nostalgia, llena de sonrisas dulces.
ResponderEliminarLas torticas de masa nunca las he probado, me las imagino como sustitución de los churros, masa frita para mojar en un ben chocolate. Seguro que estupendas!
Un besazo Oli, ¿nos vemos hoy, verdad?
Gracias Dely, seguro que por tu tierra tenéis algo parecido.
ResponderEliminarLaurita, tienes que probarlas yo diría incluso que están más ricas que los churros.
Nos vemos esta tarde si mi dolor de cabeza no va a más.
Siento lo de tu tía, Oli, como dice Laurita hay que quedarse con lo bueno y recordarlo con una sonrisa en los labios y en el corazón. Me encantan estas tortitas, uno de los recuerdos más felices que tengo de la infancia es cuando nos las daban para merendar con chocolate, aunque en mi caso las llamábamos "repápalos", ahí va otro nombre más. Y estoy de acuerdo, para mi gusto más buenas que los churros y menos aceitosas. El otro día las hice con masa de un pan de pasas y nueces que había hecho... espectaculares, (de hecho no nos dio tiempo ni a hacer la foto para el blog...) Bstos
ResponderEliminarYo soy un gran aficionado a estas torticas. Cuando las como, procuro hacerlo poco a poco, esperando que el cerebro se vaya dando cuenta de lo lleno que va el estómago. Si no controlara, y me las comiera a la velocidad que me pide el cuerpo, podría explotar. Es que cuando las pillas calentitas, con su chocolatillo... qué os voy a contar.
ResponderEliminarGracias Ceci, pues si vieras que ya he descubierto unos cuantos nombres de esta masa. Eli me dijo el viernes que ella les dice "buñuelos de viento" y con pasas y nueces debe estar de escándalo, no me extraña que no te diera tiempo a hacerle fotos.
ResponderEliminarSalva, tienes toda la razón, están para no parar hasta ver el fondo de la fuente, será por eso que nos criamos tan requetebien Eli, Mª Hermi y yo...jeje.
Oli, se me había pasado esta entrada y eso que lo sabia. Se lo comenté a mi madre. A veces piensa que hay comidas que son locales y mira por donde ves que no. Me encantan, nosotras la seguimos comiendo cada fin de semana.
ResponderEliminarQue ricas.