Según mi primo Joaquín, Mama Frasquita (mi bisabuela) hacia las mejores migas que él ha probado. Pues aquí está la receta, ella las solía hacer de sémola aunque también de pan y otras veces de harina. Evidentemente, no es lo mismo hacerlas en la vitrocerámica con una sartén antiadherente que en la lumbre con sus pavesas revoloteando por la sartén de hierro, esa misma que al fregarla hay que ponerle un poco de aceite para que no se oxide, sin duda la comida que ahí se hace sabe mucho mejor.
De todas formas éstas también están muy ricas, se suelen acompañar de pimientos fritos, longaniza, torreznos, pescadito frito, melón, uvas, remojón, chorizo, encurtidos, trozos de bacalao salado......incluso mi abuela paterna a veces las acompañaba de chocolate. En Málaga les ponen un huevo frito, como veis el abanico de posibilidades es muy amplio.
INGREDIENTES (para 4 personas):
- 2 vasos de agua (1/2 litro)
- 2 vasos de sémola de trigo
- 150 cc de aceite de oliva
- 4 ó 5 dientes de ajo
- 1/2 cucharadita de sal (mi madre dice que es mejor quedarse cortos que pasarse)
ELABORACIÓN
Ponemos a calentar el aceite y freímos los ajos (a mi me gusta echarlos con su cáscara). A continuación echamos una cucharada de la sémola y seguidamente el agua y la sal.
Importante hacerlo en este orden, la sémola se echa antes para que al echar el agua no salte con el aceite caliente y tengamos un accidente doméstico.
Después echaremos la sémola restante y esperaremos a que haga chup chup, es decir, que empiecen a salir burbujitas, entonces comenzamos a moverlas con la rasera para que no se peguen, así continuamos hasta que queden bien sueltecitas. ¡Y listas para comer!