Quién me iba a decir a mí que me iba a poner a preparar galletas para esta fiesta que tan poca gracia me hace, pero no se puede decir de este agua no beberé.
El caso es que le estoy cogiendo gustillo a esto de hacer cupcakes y decorar galletas, así que vi una oportunidad perfecta para practicar mi nueva afición ya que en mi recinto celebran la noche de halloween y los chiquillos (y no tan chiquillos) van tocando el timbre a la espera de conseguir esos dulces tan ansiados.
Estas galletas están muy ricas para comérselas tal cual, sin decorar ni nada, así que se pueden hacer en cualquier época del año y decorar o no, cada uno como guste.
RECETA:
- 125 gr de mantequilla a temperatura ambiente
- 125 gr de azúcar extrafino (yo he utilizado azúcar pulverizada en la thermomix)
- 1 huevo (que sea de tamaño mediano)
- 1 sobre de azúcar avainillado
- 250 gr de harina
Para decorar:
- Pasta fondant de distintos colores (para estas galletas he utilizado blanco, negro, naranja y morado)
- Pegamento comestible (CMC)
- Tubitos de glasa de distintos colores (negro, rojo y verde)
- Rotulador negro de tinta comestible
ELABORACIÓN:
Mezclamos con la ayuda de una batidora la mantequilla con el azúcar hasta que esté cremosa. Después añadimos el huevo y azúcar avainillado, seguimos mezclando.
Tamizamos la harina y echamos la mitad sobre nuestra mezcla, removemos hasta que se integre y echamos la harina restante, volvemos a mezclar. Ya tenemos nuestra masa de galletas.
Extendemos la masa entre dos papeles de vegetales o de hornear. Tenemos que estirarla de manera que quede de unos 4 ó 5 mm de grosor. Para ello os podéis ayudar de alguna guía, yo he utilizado dos revistas que justo median eso. Las puse a los lados debajo de los papeles y justo a la anchura de mi rodillo, es un truco casero pero os puede venir muy bien para conseguir que todas las galletas tengan el mismo grosor.
Una vez estirada la masa la metemos en el frigorífico por lo menos media hora. Entonces habrá endurecido la masa y no se nos deformarán nuestras galletas al cortarlas.
Con los cortadores que hayamos elegido vamos cortando nuestras galletas, después quitamos con cuidado la masa restante y guardamos para volver a estirar y hacer una segunda tanda de galletas.
Deberéis dejar un espacio entre las galletas porque al hornearla aumentan un poco de tamaño.
Metemos las galletas en el horno precalentado a 180º unos 10-15 minutos, las mías han tardado 12 minutos, dependerá de vuestro horno. Procurad que no se os tuesten demasiado porque entonces os quedarán duras.
Sacamos y dejamos enfriar sobre una rejilla.
Es conveniente hacer las galletas el día antes si pretendemos decorarlas. Para ello cogemos nuestra pasta de fondant de diferentes colores, estiramos y cortamos con los cortadores de galletas. Con ayuda de un pincel le ponemos un poco de pegamento comestible y la colocamos sobre nuestra galleta. Por último, con tubitos de glasa pintamos los ojos y otros detallitos que nos gusten.
Las galletas de tela de araña están pintadas con un rotulador comestible.
Listas para empaquetar y regalar a los monstruitos que vengan tocando a vuestra puerta.